VA DE CUENTO…. ¡AQUEL AMOR…!

VA DE CUENTO….
¡AQUEL AMOR…!

Por GAEL BAEZA/

La canoa se deslizaba empujada únicamente por el viento ya que desde hace rato de tanto remar yacía exhausta aquella joven mujer. Pese al rictus de cansancio dibujada en su rostro se percibía su belleza natural. Tal parecía que el mismo dios la había esculpido con sus manos sin omitir ningún detalle.

Sus cejas espesas y bien delineadas enmarcaban esos ojos negros que: ¡cuidado con aquel que se atreviera a mirarlos, terminaban rendido en sus brazos. Sin embargo, pese a ello nuestra heroína había caído rendida en los brazos de aquel forastero que cierto día había llegado al pueblo.

¿Y ahora? No, pos ahora llorando, suspirando y recordando los ardientes besos de aquel hombre. ¿Dónde andara? Una y mil veces se hacia la pregunta… ¿Dónde andara?

Sus recuerdos evocaron aquella noche de plena luna. Ella rendida de amor, él con esa experiencia en las lides del amor le prodigaba sus caricias ardientes que la hacían ponerse chinita, chinita hasta que terminaba convulsionándose de placer.

Recordaba ella cuando él le murmuraba al oído “chiquilla linda tus ojos bellos lanzan destellos como los relámpagos que caen sobre la laguna de Capacho; tierra linda que te vio nacer. créeme, Reyna mía que cuando yo te “vide” venia cantando una tonada y al verte ¡oh, Dios mío! hasta la saliva se me puso “chiiri” y desde entonces Reyna mía quiero llevarte a los altares.

Huelga decir que con aquellas caricias los dos tenían la piel como carne de pollo. Hasta se podía decir que a los dos se le fueron los pulsos. Minutos mas tarde tomando impulso los dos caminaron rumbo a la canoa que estaba al pie de la laguna.

La noche alumbrada por la luna, así como las estrellas fueren mudos testigo de su segunda entrega de amor. Esta ves teniendo como cómplice el suave viento que mecía la canoa al ritmo de las embestidas de aquel Mancebo ante la complacencia de su Doncella.

Luego de aquel nuevo trance amor ella se sentó a la orilla de la cano y ante el placer de las aguas tranquilas de la laguna estas acariciaron por largos minutos los diminutos pies de la mujer. Y como bien lo dijo el maestro Lara “cuando la luna se hizo la desentendida” él la tomo nuevamente en sus brazos y al vaivén de la canoa le dijo palabras ardientes que hasta la luna se ruborizo.

“Donde andara aquel amor que tanto me quiso” una y otra vez ella se hacia la pregunta y gritaba con mucha fuerza a los cuatros vientos… era por demás solo silencio y leve ruido del viento eran su repuesta.

De pronto creyó escuchar música de mariachis a lo lejos y al abrir los ojos vio a un hombre remando quien al verla que había despertado le dijo tranquilizándola “señorita que bueno que despertó para que disfrute el paisaje”

-¿y estas flores? Dijo sorprendida

=¡Ah! las envió aquel hombre así como los mariachis solo nos dijo que para la mujer que tanto amaba…

¡¡Por favor reme más rápido y sígalo!

-Muy bien señorita, pero, tranquila lo haremos con discreción para que no sospeche que lo seguimos

¡Por favor reme con fuerza…! ¡Se lo suplico!!

No se preocupe aprovecharemos que está de espaldas para que no nos vea….

“Ódiame por piedad yo te lo pido. Ódiame sin medida ni clemencia. Odio quiero más que indiferencia porque el rencor quiere menos que el olvido…. Ódiame…. el trio siguió tocando en tanto la mujer gritaba desesperada

=¡Reme más fuerte! más fuerte¡…

Siguiendo las indicaciones él remero hundió con mayor fuerza el remo y…. zúmbale…vino la desgracia… la canoa volcó …y…

-Aturdida… y somnolienta la bella mujer se levantó al tiempo que se sobaba la cabeza….

-Oh Dios al menos me hubieras dejado verle el rostro…. Que pesadilla y que porrazo me di al caer de la cama no vuelvo a cenar mesquites….