LA CARRERA POR EL PALACIO NACIONAL: UN JUEGO DE ESTRATEGIAS Y AMBICIONES
Ciudad de México, a 20 de noviembre 2024
LA CARRERA POR EL PALACIO NACIONAL: UN JUEGO DE ESTRATEGIAS Y AMBICIONES
Por AMAURY SÁNCHEZ/
¡Ay, la política! Ese fascinante circo donde los trapecistas son los mismos que se cuelgan de las chandaleras y los payasos, a veces, son los que más serios se ven. En este escenario, las ambiciones políticas están más a flor de piel que el perfume de una abuela en una fiesta familiar.
Y, como no podía ser de otra manera, ya hay un desfile de personajes que se mueven entre bambalinas, listos para dar el salto al estrellato.
Entre los nombres que resuenan en los pasillos del poder, encontramos a Eruviel Ávila, Ricardo Monreal y Alfonso Ramírez Cuéllar. ¡Vaya trío! Cada uno con su propio estilo, pero todos con un objetivo claro: hacerse un hueco en el corazón de la presidenta Claudia Sheinbaum y, por ende, en el Palacio Nacional. Ramírez Cuéllar, el hombre que ha sabido bailar al son de la 4T, se lanza al ruedo con una estrategia que parece sacada de un manual de marketing político.
¿Movimiento? "¡Construyendo el segundo piso!" Y, claro, no se olvida de su Zacatecas natal, donde la competencia se calienta con figuras como Verónica Díaz Robles y Saúl Monreal, quienes también quieren probar las mieles de la gubernatura.
Pero, ¡ay de aquel que subestime a Ramírez Cuéllar! Con su experiencia, ha tejido una red de contactos que haría palidecer a cualquier Demonio. Sin embargo, la percepción es que quiere distanciarse de MORENA, como si fuera un adolescente tratando de evitar a sus padres en una fiesta. ¿Es esto una jugada maestra o un intento desesperado por no ser arrastrado por la marea?
Y no podemos olvidar a Eruviel Ávila, el expriista que se suma al movimiento del segundo piso. Un hombre que sabe cómo hacer Politica y alianzas, pero que también tiene la habilidad de desaparecer cuando las cosas se ponen feas. En este juego, la estrategia es vital, pero la ética y la responsabilidad son las que realmente definirán el futuro.
Así que, mientras estos personajes se mueven como piezas de ajedrez en un tablero político, la pregunta que todos nos hacemos es: ¿será Ramírez Cuéllar el cambio verdadero o solo una pieza más en este rompecabezas? En la política, cada movimiento cuenta, y en este circo, el espectáculo apenas comienza. ¡Agárrense, que la función está por empezar!
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